Uno de los pasos más importantes hacia un futuro más sostenible es usar la energía de manera inteligente, y parte de eso es asegurarnos de que la energía que quemamos no se desperdicie.
Con el aumento repentino de los precios del carbón, el petróleo y el gas natural y la escalada de los problemas ambientales, es imperativo explorar nuevas formas de proporcionar energía a nuestras vidas.
Pero ¿podría la actividad física ser la respuesta? Los innovadores de la industria del fitness sin duda ven potencial, presentando muchas maneras nuevas y emocionantes de aprovechar al máximo nuestra energía.
Utilizar la energía humana para impulsar nuestras vidas es algo en lo que pioneros con conciencia ambiental llevan años trabajando. En 2007, Adam Boesel tomó una rueda de patines y un generador de corriente continua y los conectó a una bicicleta estática. Este aparato le permitió cargar la batería de un coche, alimentar un reproductor de DVD y ver una película. Desde entonces, la tecnología ha avanzado considerablemente y ahora existen bicicletas estáticas, cintas de correr y elípticas de última generación que pueden aprovechar la energía del usuario, convertirla en energía y enviarla a la red eléctrica.
Inspirado por la idea de aprovechar la energía humana, Boesel fundó The Green Microgym, que utiliza las máquinas más modernas impulsadas por personas para encender los ventiladores de la instalación, mantener las luces encendidas y garantizar que el sistema de sonido siga funcionando a todo volumen.
En 2021, Gold’s Gym se unió al movimiento con la apertura de un emblemático gimnasio en Berlín, considerado el más ecológico del planeta. Este “gimnasio del futuro” de 5100 metros cuadrados es neutro en emisiones de CO2 y climáticamente. Además de utilizar bicicletas “Boost Bikes” para generar electricidad a partir de la fuerza del pedaleo, cuenta con azulejos fabricados con monitores de ordenador reciclados y está decorado con árboles de 10 metros de altura que filtran los contaminantes del aire y mejoran significativamente la atmósfera. Como resultado, es el primer gimnasio del mundo en obtener la certificación LEED Platino, un estándar internacional que reconoce la construcción especialmente sostenible.
También hay proveedores de equipos que desempeñan un papel fundamental en el fitness más ecológico. La gama de elípticas, cintas de correr y bicicletas estáticas de SportsArt utiliza hasta el 74 % de la energía generada por los usuarios para compensar el consumo energético. La empresa se dedica a hacer que el ejercicio ecológico sea más accesible para la mayoría, animando a quienes hacen ejercicio en casa a adoptar equipos de energía ecológica y proporcionando herramientas, directrices y estrategias para apoyar a los gimnasios en la implementación de innovaciones en equipos sostenibles.
Según Adam Zellner, experto en energía y sostenibilidad de Greener By Design, quien asesora a diversos clientes corporativos y gubernamentales, los gimnasios con mentalidad ecológica están preparados para prosperar. «Tomar medidas para reducir el consumo de energía reducirá los costos y mejorará sus resultados, pero en realidad se trata de resiliencia y sostenibilidad a largo plazo».
Seamos realistas: ¿Cuánta energía podemos crear realmente?
Sabemos que las calorías se pueden convertir en vatios, pero ¿qué tipo de potencia podemos esperar generar de forma realista? El consumo de energía de atletas de élite, como los ciclistas del Tour de Francia, no es desdeñable: pueden generar unos 500 vatios por hora durante horas, alcanzando picos de potencia de unos 1500 vatios durante breves ráfagas de alta intensidad. Sin embargo, es probable que una persona promedio genere entre 100 y 150 vatios de potencia por cada hora que pedalea en una bicicleta estática.
¿Podrían nuestros esfuerzos de ejercicio realmente impulsar nuestra vida cotidiana?
Una sesión de ciclismo de una hora puede mantener una luz encendida durante aproximadamente una hora, o ayudar a cargar un teléfono inteligente, pero eso es solo la punta del iceberg en lo que respecta al consumo de energía actual. El televisor, las luces, los ordenadores, los electrodomésticos, el aire acondicionado, los equipos de sonido… ¡imagina cuánto tiempo necesitarías en el sillín para alimentarlo todo!
Según los expertos de The Green Microgym, cinco vatios podrían alimentar un teléfono inteligente, necesitarás 10 vatios para una tableta, 50 vatios para una computadora portátil y 100 vatios para un televisor LED de 40 pulgadas.
Lo cierto es que es improbable que la energía humana llegue a ser la solución principal para nuestras necesidades energéticas globales. Sin embargo, aún puede aportar una valiosa contribución con una inversión mínima. En comparación con soluciones como la solar y la eólica, que requieren grandes parques eólicos y grandes estructuras, la energía humana se puede aprovechar con relativa facilidad. Ya existen gimnasios y millones de personas se ejercitan a diario. La innovación en el sector de los equipos está en auge, y existen numerosas y variadas innovaciones que facilitan el aprovechamiento de la energía. A medida que más centros de fitness adoptan innovaciones en este ámbito, podemos prever una mayor concienciación sobre el valor de la energía humana. Esta mayor concienciación conlleva un aumento de la participación de los deportistas en la lucha por un futuro con energías limpias y renovables y un planeta más sano.
Como dice Boesel, el objetivo no es usar el ejercicio para resolver por sí solo la crisis energética mundial. El objetivo es simplemente ayudar a crear estilos de vida más sostenibles: hacer ejercicio de calidad y saber que tu energía se está aprovechando al máximo.